viernes, 8 de enero de 2010

¡PASEMOS LA NOCHE JUNTOS!...EL SEXO EN LA PUBLICIDAD

Una mujer yace tendida sobre el capó de un Ford Mustang 1966. A su alrededor, formado con delicados pétalos de rosas, aparece el número 6 (haciendo referencia tanto al modelo como al motor de 6 cilindros del automóvil). ¿El lema publicitario? Six and single girl.


Con este argumento Martin Lindstrom abre el capítulo en su libro “compradicción” sobre el sexo publicitario ¿o es el sexo en la publicidad?
En realidad el concepto en ocasiones confunde a quienes nos vemos expuestos a los mensajes publicitarios (y no es que el sexo asuste, ni mas faltaba), es difícil logra entender que querían transmitir con el comercial censurado de Lewis y su candente trió que no producía ganas de comprar Jeans, sino ¡envidia!

No se trata de no usar humanos bellos en la publicidad (al fin y al cabo, los seres humanos somos soñadores aspiracionales y en algún momento de la vida esperamos vernos como ellos o por lo menos tener la plata para pagar al cirujano), las preguntas desde el mercadeo son otras…

¿Hasta qué punto es beneficioso para la publicidad usar bellos para transmitir un mensaje?
¿Nuestros productos se venden por los beneficios que proporcionan a nuestros clientes o por la fama y belleza de quien los anuncia?
¿Es en realidad mi imagen de marca?
¿El consumidor logra recordar el producto que anuncia un bello y famoso?


La gran respuesta a todas estas preguntas es simple:

No se intenta construir imagen de marca del famoso de turno, se intenta construir imagen de marca de un producto con los beneficios suficientes que generen lealtad y amor en el consumidor; el reto fundamental en este tipo de publicidad es encontrar el emisor perfecto que no anule ni distorsione los objetivos del mensaje.

Nota: no es nada personal en contra de los bellos y famoso; en lo personal mis ojos disfrutan mucho de su presencia publicitaria, en especial cuando están muy ligeros de ropa.

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